El Pastor Suizo es una raza de perro de origen alemán. Sin embargo, debe su nombre a los suizos, por ser el primer país en albergarlos de manera masiva y hacer oficial su reconocimiento. El majestuoso pelaje blanco de este perro es su principal carta de presentación, y comparte muchas de sus características físicas con el Pastor Alemán.
Durante mucho tiempo, ha sido el perro favorito de cientos de familias europeas, no solo por su hermoso y elegante aspecto, sino también por ser muy afectuoso con sus dueños, en especial con los niños. Si buscas un perro enérgico, alegre y siempre dispuesto a hacerte compañía en tus paseos al aire libre, El Pastor Suizo puede ser tu mejor decisión.
A continuación, nos sumergiremos en su historia, su temperamento, sus características, y todo lo que necesitas saber para brindarle una excelente calidad de vida.
El Pastor blanco suizo o Pastor blanco es muy similar al Pastor alemán. Es grande y robusto. Posee una doble capa denso, semilargo y siempre en color blanco.
Las diferencias más notables con el Pastor alemán son el hocico un poco más largo, la espalda horizontal y el pelaje blanco.
Hay que decir que el gen del pelo blanco aparece en la raza Pastor alemán de forma natural, lo que ocurre es que es un gen recesivo, de forma que es necesario que los dos progenitores lo tengan, es decir, sean blancos, para que los cachorros lo hereden.
Son perros de cabeza fuerte, con forma de cuña y bien proporcionada con respecto al resto del cuerpo. Sus narices son medianas y de color negro. Algunos perros pueden tenerla de un color casi rosado (nariz de nieve) debido a la pérdida de pigmentación común en el invierno.
El hocico de la raza es largo, recto y de mayor tamaño que el cráneo. Esta característica es su principal diferenciador con respecto a sus primos alemanes. Sus ojos son almendrados y oscuros, con los bordes negros para resaltar aún más el color de su pelaje. Los orejas son rectas, de tamaño mediano y con forma de triángulo. Su aurícula cae levemente hacia adelante.
El pelaje es de color blanco. Su abrigo es grueso, denso y plano. El pelo es moderadamente largo y predomina en la región inferior del cuello y en la parte posterior de las patas. Su cola se enrolla ligeramente hacia abajo y está cubierta de pelo desde la base hasta la punta.
Son perros valientes, inteligentes y muy leales. Tienen una gran capacidad de aprendizaje, de ahí que hayan sido empleados como perros policía, perros guía, perros de guarda y pastores, además de competir en multitud de pruebas de agilidad.
Deben ser socializados desde pequeños o pueden creer que mandan sobre la manada, convirtiéndose en perros celosos y desobedientes. Con una educación adecuada será un perro buenísimo y un gran compañero; debemos proporcionarle suficiente ejercicio para quemar su mucha energía física y mental. Podemos consultar con alguien especializado en adiestramiento para que nos de algunos consejos.
Debido a que almacenan mucha energía, son perros que requieren constante atención. Por tal motivo, son ideales para familias donde al menos uno de los miembros permanece en casa. Son naturalmente extrovertidos y prosperan en hogares con grandes jardines o patios.
Aunque son perros amigables, sospechan de los desconocidos y pueden hacer mucho ruido para demostrarlo. Sin embargo, rara vez verás a esos peludos mostrar conductas violentas con las personas. Preferirán conservar la distancia hasta estar seguro de que es alguien confiable. Esto significa que puedes confiar totalmente en ellos como guardianes de tu hogar.
Generalmente, los pastores suizos se llevan bien con otros perros y mascotas, especialmente si se socializan de manera adecuada desde su etapa de cachorros. Una socialización temprana destacará en el perro adulto el carácter seguro propio de esta raza. El Pastor Suizo es feliz cuando conoce su posición en el hogar, ya que solo así sabrá a quién recurrir cuando necesite ser guiado o ayudado. Si no le demuestras quién manda en tu casa, no dudará en asumir el rol de alfa y convertirse en un perro dominante y difícil de manejar.
Un aspecto curioso del Pastor Suizo es que le agrada el sonido se propia voz y sus ladridos, por lo que deberás controlar este rasgo para evitar que se convierta en un inconveniente. En muchos videos domésticos publicados en Internet, se ven a muchos de estos perros exponiendo sus aullidos a modo de “conversación” con sus dueños e incluso otras mascotas.
Con respecto al impulso de presa, estos pastores tienden a perseguir a mascotas u otros animales pequeños que intenten escapar. Si no quieres correr tras tu perro descontrolado, debes evitar darle demasiada libertad en sitios abiertos, como parques o lugares con abundante vida silvestre.
El Pastor Suizo crea fuertes lazos con sus familias, por lo que no estará contento de quedarse solo en casa por demasiado tiempo. La ansiedad por separación puede afectarlos considerablemente, e incluso pueden desarrollar conductas no deseadas para llamar la atención.
La gran inteligencia del Pastor Suizo le permite aprender rápido y disfrutar cuando se le enseña algún truco nuevo. Esto puede ser un arma de doble filo, ya que también tienden a imitar malos comportamientos. Bajo la tutela de las personas correctas, se ha demostrado que los pastores suizos pueden servir como perros de búsqueda y rescate.
Esta misma facilidad de aprendizaje les permite destacar en múltiples deportes caninos y concursos de habilidades de obediencia. Según los entrenadores profesionales, la clave para un adecuado adiestramiento del Pastor Suizo es no ser demasiado repetitivo y hacer que cada sesión de enseñanza sea divertida para tu mascota. También se recomienda no extender por mucho tiempo los entrenamientos para que el perro se concentre en tus peticiones. Un perro más inteligente se aburrirá más rápido.
En su etapa de cachorro, es primordial establecer límites para tu perro y hacerle entender lo que esperas de él. A partir de la octava semana de vida (2 meses de edad) puedes comenzar a mostrarle quién manda en tu hogar (orden jerárquico), además de exponerlo a constantes situaciones de socialización.
El Pastor Suizo se originó en Turingia, una región del oriente de Alemania. Inicialmente, estos perros fueron llamados “pastores de Turingia”, y su pelaje no era completamente blanco como el de la raza actual. Los criadores alemanes modernos aseguran tener registros reproductivos suficientes para afirmar que los pastores suizos existieron primero que el Pastor Alemán. Greif, el perro utilizado para crear al Pastor Alemán, era un pastor blanco de Turingia.
En 1959, el club oficial de criadores del Pastor Alemán declaró por error que todos los perros blancos eran albinos, y prohibió que se criaran perros con más de la mitad de su pelaje blanco. Como resultado de esta práctica, la cantidad de pastores blancos disminuyó considerablemente en muchos países, mientras que EE.UU. y el Reino Unido fueron dos de las pocas naciones que mantuvieron su reconocimiento a la raza.
En 1967, Agatha Burch, una criadora norteamericana que migró a Suiza tras la Segunda Guerra Mundial, cruzó dos pastores blancos traídos de sus viajes a EE.UU. y el Reino Unido con el objetivo de crear una raza de pastor completamente nueva y de pelaje blanco. Los años siguientes, esta raza ganó popularidad en toda la región, llamando la atención de la Federación Cinológica Internacional (FCI). En 2003, la FCI aceptó oficialmente al Pastor Suizo como raza independiente. En octubre de 2017, recibió el pedigrí del Kennel Club del Reino Unido.
Como cualquier raza de perro, el Pastor Suizo puede estar expuesto a ciertos problemas de salud. La mejor manera de reducir la tasa de incidencia de estas afecciones y aumentar su esperanza de vida es a través del cuidado responsable, lo que incluye mantener actualizado su calendario de citas y exámenes médicos de rutina. Estas son las afecciones de salud más comunes en estos perros:
Es una patología degenerativa caracterizada por el crecimiento anormal de la articulación del codo, lo que genera deformidad ósea. Sus principales síntomas son el dolor y la dificultad para caminar.
Si no se trata a tiempo, esta enfermedad puede convertirse en artritis. El tratamiento incluye la ingesta de medicamentos, terapias de rehabilitación y, en algunos casos, cirugía correctiva.
Es un problema frecuente que puede afectar a perros de cualquier edad. Se genera a causa de la degeneración o rotura repentina de los ligamentos cruzados, componentes esenciales para garantizar la estabilidad de las articulaciones. En el caso de los perros, el ligamento posterior es que suele degenerarse con mayor frecuencia, por lo que su rotura crea inestabilidad en la rodilla. Es un afección que suele responder bien al tratamiento quirúrgico.
Es una deformidad osteoarticular hereditaria que se desarrolla a partir de los 5 o 6 meses de edad del perro. Puede convertirse en una afección extremadamente dolorosa, incluso al punto de incapacitar la parte trasera del animal. Los síntomas incluyen dolor y dificultad para caminar, y tiende a ser una enfermedad más agresiva en perros con sobrepeso, problemas hormonales y mala alimentación. El tratamiento puede incluir cirugía.
Las reacciones alérgicas de la piel y la intolerancia alimentaria son comunes en los pastores suizos, sobre todo si su dieta experimenta cambios constantes. Si tu perro presenta alguna señal de enrojecimiento, comezón inusual y problemas digestivos, no dudes en acudir al veterinario de inmediato. Afortunadamente, estas reacciones responden bien al tratamiento médico.
También conocida como enfermedad de Van Willebrand, la hemofilia es un trastorno de la coagulación caracterizado por la prolongación inusual de los tiempos de coagulación, lo que impide que las plaquetas se adhieran correctamente a las paredes de los vasos afectados.
Sus principales síntomas son el sangrado frecuente en las encías, nariz, heces y orina, además de la presencia de hematomas. Si observas alguna señal de hemorragia en tu perro, no dudes en acudir al médico. Existen tres tipos de niveles de gravedad para esta enfermedad, por lo que no existe un único tratamiento. Aunque la hemofilia no tiene cura, puede controlarse.
Es una dilatación del esófago que se produce debido a la pérdida de la función neuromuscular de dicha zona. Sus principales síntomas incluyen la regurgitación tras la ingesta de cualquier comida, la hipersalivación y la imposibilidad de tragar alimentos o líquidos debido a la flacidez y dilatación del esófago. El tratamiento incluye cambios en la rutina de alimentación y medicamentos.
Conclusión
El Pastor Suizo es un perro que se adapta con facilidad a cualquier situación. Gracias a su inteligencia y obediencia, se ha ganado el cariño y el respeto de muchas familias alrededor del mundo. Además, la lealtad no será un problema, ya que te seguirá hasta el fin del mundo si así lo necesitas.
Estos pastores no se llevan bien con los propietarios sedentarios o que los dejen solos por mucho tiempo. Por el contrario, son excelentes compañeros para personas que se ejercitan constantemente y llevan un estilo de vida activo. Si quieres un amigo fiel que sea el centro de atención, que te proteja y que te acompañe en todo momento, el Pastor Suizo será tu mejor elección.
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