La raza Pug posee el carisma y la personalidad ideal para llenar de alegría cualquier hogar. También llamado Carlino o Doguillo, este perro es un compañero amoroso y devoto de la compañía humana. A pesar de su baja estatura, el Pug posee una enorme inteligencia que le permite adaptarse con comodidad a cualquier entorno. Conocido por ser el consentido del antiguo imperio chino, y por formar parte de la Real Casa Naranja, este perro es hoy en día uno de los favoritos de millones de personas alrededor del mundo.
Los pug son una de las razas más antiguas conocidas, por lo tanto como suele pasar con razas con tanta historia los orígenes son discutidos, por un lado se dice que descienden de antiguos pekineses, otros del bulldog o del mastín francés. Respecto a su nombre, pug, también existen distintas teorías. Puede provenir de la forma coloquial en la que se llamaban a los perros en la Inglaterra del siglo XVIII.
Los carlinos o pug son perros fornidos, regordetes y cuadrados. Tienen una graciosa papada, con hocico chato, orejas caídas, ojos grandes y adorables y arruguitas en la frente. Este conjunto hace que la cara sea muy tierna y den ganas de abrazarlos.
El pelaje es corto y suave. Los colores vienen del anaranjado, beige y plata. El pelo del pug se cae bastante a pesar de ser pelo corto
Los carlinos tienen una actitud muy alegre y animada. Pueden resultar muy revoltosos sobre todo cuando son cachorros, pero esto les hace ser más adorables si cabe.
Son bastante cabezotas, inteligentes pero con carácter, así que su educación se debe realizar con constancia y puede que tarden en aprender más que otras razas. Por esto requieren vivir una familia paciente.
A veces se pueden mostrar un poco tercos o hacer como que no nos oyen al llamarlos. Como con cualquier perro debemos poner atención a su educación, enseñarle su lugar en casa y socializarle para que sea un perro más equilibrado y feliz y nuestra vida con él sea más cómoda.
No son perros nada agresivos, lo normal es que se muestren afables y buenos con las personas, especialmente con los niños, con los que suelen hacer buenas migas. Sí puede, en ocasiones, ser desconfiado y ladrar a extraños, aunque más bien a modo de alerta.
No podemos olvidar que todas las razas necesitan una buena socialización y que se les marque cual es su lugar dentro de la familia para que estén equilibrados y felices. Pueden ser sensibles a gritos y dueños demasiado autoritarios, así que aunque necesitan un líder firme que les maque los límites también necesitan que sea sensible y consecuente. No suelen ser perros muy ladradores y se llevan bien con niños y otras mascotas.
Además son perros bastante dependientes de sus dueños, les encanta estar junto a ellos y seguirlos por toda la casa, la cual es su hábito natural ya que son perros de interior. Son bastante sensibles a las temperaturas, sobre todo al calor así que hay que tener muchísimo cuidado con los golpes de calor en los pug.No son muy activos, les gustan los paseos pero seguramente estarán la mayor parte del día dormitando y remoloneando. Los carlinos se adaptan muy bien a vivir en hogares pequeños y son dulces compañeros de los niños.
El Pug es un perro que necesita algunos cuidados específicos; es importante vigilar su alimentación para que no engorde demasiado, sacarle a pasear un rato a diario y mantener una higiene en la piel, ojos, oídos, dientes y pelaje.
Para mantener el pelo y la piel sanos se recomienda cepillarle habitualmente ya que tiene tendencia a soltar pelo. Cuidado las personas con alergia o asma. Con el cepillado conseguiremos que elimine pelo muerto para que luzca más sano y brillante.
Debemos mantener los pliegues de su piel limpios, especialmente los de la cara, ya que la acumulación de suciedad o humedad en esas zonas pueden producir diversas molestias como infecciones o úlceras. Podemos revisarlo semanalmente, limpiándolo suavemente con un algodón húmedo; ante la duda consultar con el veterinario.
En cuanto al baño se recomienda hacerlo mensualmente. Depende si el perro vive en casa o en el jardín, si huele fuerte o no… Podemos protegerle los oídos con unos tapones para evitar que entre agua, y también existe un colirio para proteger sus ojos. Lo mojamos con agua tibia, se enjabona todo el cuerpo y se le frota con un cepillo o manopla haciendo círculos. Es de vital importancia un buen aclarado, con agua tibia, durante el tiempo suficiente para no dejar restos de jabón entre la piel. Muy importante es también el secado, para que, como decíamos, no quede humedad en los pliegues. Lo ideal es usar un secador y darle a contrapelo para que se le seque bien la raíz del pelo.
También es recomendable limpiar sus oídos con una gasa un poco húmeda, evitando elementos agresivos como bastoncillos. Al tener las orejitas hacia abajo, la zona no tiene mucha ventilación por lo que debemos vigilarla a menudo, con el fin de evitar la molesta otitis u otras complicaciones.
Se recomienda una limpieza de los ojitos, la nariz y la zona de alrededor cada semana más o menos, ya que la suciedad o las secreciones como lágrimas o legañas se pueden quedar ahí y causar problemas. Los ojos tan grandes y a poca altura pueden entrar en contacto con el suelo facilitando posibles infecciones. Podemos usar una gasa humedecida o toallitas hipoalergénicas.
En cuanto a los dientes, se recomienda una dieta de pienso duro que ya por sí sola es un método de limpieza para los dientes, y además lo podemos acompañar con algún producto específico como por ejemplo los huesos que venden para morder como método de limpieza dental. Si no lo vemos claro, como siempre al veterinario con todas nuestras dudas.
Más allá de su personalidad amigable y extrovertida, el Pug prefiere los espacios interiores, en los que se puede sentar junto a su dueño a descansar. Su temperamento es equilibrado, de manera que logran responder adecuadamente a diversos métodos de entrenamiento y pueden llegar a ser bastante obedientes.
Es probable que alguna vez hayas escuchado que los pugs son mascotas que se distraen con facilidad durante el entrenamiento. Sin embargo, este inconveniente se puede solucionar a partir de recompensas que le enseñarán a mantener la vista en ti. Estos son algunos consejos básicos que te ayudarán en la cría de la raza Pug o Carlino:
La raza Pug o Carlino es más propensa a sufrir problemas de calor y respiración debido a su condición braquicefálica. Por ello, no se recomienda entrenarlos en climas húmedos o cálidos, ya que su capacidad para respirar adecuadamente puede verse afectada. Cuando estés entrenando a tu perro, haz que permanezca en un ambiente interior con clima fresco.
Cuando el Pug ha superado los 6 meses de edad, es mucho más complicado de entrenar. Por ende, lo ideal es comenzar a entrenarlo entre la séptima y la octava semana de vida.
Aunque muchas personas consideran que los ronquidos, la forma de caminar y los ruidos que el perro emite cuando respira son atributos adorables, la comunidad veterinaria es consciente de que el Pug o Carlino no tiene la calidad de vida de un perro normal.
Existen múltiples asociaciones veterinarias y de protección animal que se oponen a la cría de estos perros, debido a que se ha comprobado que muchos criadores las han alterado genéticamente durante generaciones para conseguir cachorros más “estéticos” que puedan venderse fácilmente.
Inicialmente, ningún perro braquicéfalo se veía como hoy en día. En la antigua China, los perros de la raza Pug o Carlino tenían las patas más largas, su cola era menos enroscada y su hocico era alargado. Estas personas sin escrúpulos han decidido priorizar el lucro por encima de la calidad de vida de estas mascotas, y han contribuido con la aparición de muchos rasgos exagerados que generan los problemas de salud mencionados anteriormente y condenan a los perros a visitas recurrentes al veterinario.
Los orígenes de la raza Pug se remontan a la dinastía Han (206 a.C. hasta el 220 d.C.), conocida como la segunda dinastía imperial de China. Estos perros criados por el emperador, su familia y los miembros de la corte imperial, por lo que vivían en alojamientos lujosos bajo la protección de soldados y el cuidado de sus propios sirvientes.
Según algunos historiadores, las hembras Pug recibieron la misma alimentación y trato que las esposas de estos líderes chinos. Los pugs eran un tesoro preciado, por lo tanto, los forasteros y las personas ajenas al imperio solo podían poseerlos si los recibían como regalo. Tanto es así que, si uno de estos canes se encontraba en posesión de una persona común, el castigo era la muerte.
Aunque la historia del Pug se remonta a China, existe evidencia de perros similares en Japón y el antiguo Tíbet, razón por la cual algunos historiadores consideran que el Pug es descendiente del mastín tibetano. A principios del siglo XVII, China inició relaciones comerciales con algunos países de la región, lo que permitió que el Pug se abriera camino hacia Europa de la mano de los comerciantes holandeses. Estos comerciantes llamaron “Mopshond” a esta raza, un nombre que aún se utiliza en la actualidad.
En 1572, luego de que un Pug presuntamente salvó la vida de William, Príncipe de Orange, el can recibió el título de “perro oficial” de la realeza de Holanda. Al parecer, el perro le advirtió al príncipe que los enemigos de la corona lo acechaban. En esta época, el Pug ganó popularidad entre los miembros de la realeza de países como Francia, Italia y España.
Marie Antoinette, la última reina de Francia antes de la Revolución Francesa, tuvo un Pug antes de contraer matrimonio con Luis XVI. En 1860, una nueva variedad de Pug se importó desde China, con la nariz más pequeña, el rostro más arrugado y las patas más cortas.
Durante la era victoriana, los pugs protagonizaron una gran cantidad de postales, pinturas y figuras emblemáticas. En ese entonces, la reina Victoria del Reino Unido prohibió que se les cortaran las orejas a estas mascotas por considerarlo una práctica cruel.
En EE.UU., los Pugs se hicieron presentes tras la finalización de la Guerra Civil. En 1885, el American Kennel Club reconoció oficialmente a la raza. Aunque su popularidad disminuyó con la llegada del siglo XX, los criadores se encargaron de cambiar esta realidad con el paso de los años. El duque y la duquesa de Windsor también se encargaron de mantener a los Pugs en el centro de atención, ya que sus perros los acompañaban a cualquier evento público al que asistieran.
En la actualidad, la popularidad de los Pugs se mantiene vigente en todos los rincones del planeta. El mundo del espectáculo también ha sentido la huella de este peludo, luego de su estelar participación en la película “Men in Black” como “Frank the Alien”.
Si recibe la alimentación y el cuidado adecuados, la esperanza de vida del Pug o Carlino es de 12 a 14 años. Aunque es un perro saludable, este pequeño puede sufrir algunos problemas de salud de carácter hereditario, entre los cuales destacan los siguientes:
Síndrome braquicefálico
El síndrome de obstrucción braquicefálica de las vías respiratorias (BAOS) es una enfermedad que afecta a los perros de nariz corta y cráneo reducido como los pugs. Este problema se produce por el exceso de tejido blando en las vías respiratorias del animal, lo que obstruye el flujo de aire.
Los principales síntomas de esta afección son el jadeo constante y la dificultad respiratoria, incluso con bajos niveles de actividad física. Además, se pueden presentar episodios de desmayo y las encías pueden tornarse azuladas. Si tu Pug presenta alguno de estos síntomas, es importante consultar con el veterinario. En ocasiones, este problema puede requerir cirugía, pero su impacto puede reducirse evitando el exceso de ejercicio, el sobrepeso y manteniendo fresco e hidratado al perro en climas cálidos.
Encefalitis del Pug (PDE)
Es una enfermedad exclusiva de la raza Pug o Carlino que se caracteriza por la inflamación del cerebro, lo que genera convulsiones y, en muchos casos, la muerte del animal. De momento, se desconoce la causa de este problema y no existe tratamiento. Sin embargo, existen casos en los que la encefalitis se puede controlar con medicamentos para la convulsión.
La edad de inicio de la enfermedad es variable, y los síntomas suelen presentarse cuando el perro tiene más de dos años de edad. La progresión de la enfermedad tampoco es exacta, ya que algunos perros empeoran en pocas semanas y posteriormente mueren. En otros pugs, la afección puede demorar meses e incluso años en agravarse. Los principales síntomas de la PDE son: debilidad, fatiga, confusión, depresión y falta de aprendizaje.
Mielopatía degenerativa
Es una enfermedad neurológica, similar a la Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA) en humanos, que ocasiona debilidad y pérdida de la función nerviosa en las patas traseras del pug. Los síntomas incluyen discapacidad progresiva en las patas trasera y parálisis en toda la región trasera del cuerpo, lo que también conducirá a la incontinencia.
Pese a que no existe cura para esta condición, la actividad física, las terapias de rehabilitación, la acupuntura y una dieta adecuada, pueden mejorar la calidad de vida de la mascota.
Lesiones y úlceras en la córnea
El hecho de que los globos oculares del Pug sobresalgan de manera natural de su rostro, hace que el perro sea más propenso a sufrir lesiones y úlceras en la parte clara del ojo. Los golpes, pinchazos o rasguños en la córnea son las más recurrentes, y pueden producirse mientras juega en casa, o cuando lo llevas de paseo y choca con objetos.
Evita que tu mascota asome la cabeza por la ventana del automóvil mientras vas de viaje, ya que esta es una de las principales causas de lesiones en la córnea.
Entropión
Es afección ocular hereditaria que genera un enrollamiento del párpado hacia adentro, causando el frotamiento de las pestañas contra la córnea. Esta condición produce dolor e irritación y puede conducir a la ceguera. Si se realiza un diagnóstico temprano, el tratamiento quirúrgico puede resolver el problema con éxito.
Queratoconjuntivitis seca
También conocido como “ojo seco”, es un problema ocular común en los pugs. Se produce debido a la reducción de la cantidad de líquido que generan las glándulas lagrimales, lo que evita que los ojos mantengan su humedad habitual. Como consecuencia, el perro sufre de ardor y dolor en los ojos.
Los principales síntomas incluyen las secreciones espesas y apariencia de resequedad en la zona afectada. Por fortuna, este problema puede controlarse con tratamiento de por vida basado en ungüentos.
Hemivértebras
Es una malformación congénita que afecta a las razas de perros pequeños y braquicefálicos, como el Pug y el Bulldog, y consiste en la deformación de las vértebras. En ocasiones, la enfermedad solo afecta algunas vértebras y la mascota puede llevar una vida sana. Sin embargo, otros perros pueden presentar debilidad al caminar y descoordinación entre los 4 y 6 meses de edad. Aunque no se conoce la causa exacta de esta malformación, el tratamiento quirúrgico puede mejorarla.
Displasia de cadera
Es una enfermedad que pueden sufrir tanto las razas grandes como las razas pequeñas, y consiste en una deformación de la articulación de la cadera que puede convertirse en artritis. Los investigadores atribuyen su desarrollo a factores hereditarios, alimenticios y al medio ambiente.
Los principales síntomas de esta enfermedad son la cojera y la dificultad para levantarse. La artritis puede tratarse con medicamentos para el dolor y la incomodidad, mientras que la cirugía es opcional para los casos más graves. Los pugs con sobrepeso tienden a desarrollar artritis más rápido que los perros con un peso normal.
Las enfermedades de la piel son muy comunes en los perros. En el caso del Pug o Carlino, estas afecciones se producen debido a las arrugas en la piel, las cuales se convierten en el entorno perfecto para la acumulación de bacterias y hongos. Además, esta raza puede sufrir alergias que ocasionan inflamación en la piel (dermatitis).
Es un tipo de dermatitis producida por un ácaro. Si notas que tu Pug genera caspa en exceso, especialmente en la zona media de la espalda, debes acudir de inmediato al veterinario. Los ácaros que producen este trastorno son contagiosos, por lo tanto, si tienes otros perros en tu hogar, estos también deben recibir tratamiento.
Es una infección de la piel ocasionada por hongos de tipo Trichophyton, Microsporum y Epidermophyton, y se presenta como una lesión en diversas zonas del cuerpo del perro. Su apariencia es la de una calva irregular en forma de pequeños anillos (alopecia). Es común observar esta enfermedad en perros y gatos que viven en grupo. Generalmente, el tratamiento incluye fungicidas, lociones de cuerpo entero y mantener a tu mascota alejada de cualquier ambiente cálido y húmedo.
Los pugs tienden a desarrollar diversas alergias que pueden producirse por el contacto con el ambiente o por la alimentación. Si descubres que tu mascota se frota el rostro o se lame mucho las patas, no dudes acudir al veterinario para una revisión.
Conocida también como demodicosis, esta enfermedad es producida por un ácaro llamado demodex folliculorum. Su único mecanismo de transmisión es directamente de la madre a los cachorros durante las primeras horas posteriores al parto, lo que quiere decir que ni otros perros ni los humanos pueden contraerla. Aunque este ácaro no suele causar mayores complicaciones, es más agresivo en pugs con sistemas inmunodepresivos y puede convertirse en sarna demodécica.
La sarna demodécica abarca todo el cuerpo y afecta a perros jovenes y adultos por igual. Los especialistas recomiendan esterilizar a los perros que presenten este trastorno debido a que existe el riesgo de transmisión genética.
Los pugs son propensos a sufrir melanoma oral o cáncer de piel en el hocico, sobre todo en su edad adulta. Algunos perros más jóvenes pueden desarrollar tumores de mastocitos, los cuales pueden tomar forma de lesiones ulceradas de gran tamaño o presentar pequeños abultamientos. La evolución de los tumores puede ser lenta o presentarse de manera repentina.
No se conoce la causa de los tumores de mastocitos, por lo que es recomendable que examines regularmente a tu Pug tocando su piel en busca de pérdida de pelo, enrojecimiento e hinchazón.
Conclusión
Los pugs son excelentes mascotas debido a su personalidad amigable y adaptable a diversos entornos. Bien sea que disfrutes de los paseos al aire libre o prefieras quedarte en casa, este perro siempre estará preparado para hacerte compañía.
Como explicamos anteriormente, su condición de perros braquicéfalos los hace propensos a sufrir algunas condiciones de salud que deben ser atendidas de manera oportuna. Hacer ejercicio y mantener una dieta saludable son la combinación ideal para mantener sano a cualquier perro, pero en el caso del Pug, deberás enfocarte también en otros aspectos, incluidos el aseo, la respiración y la manera de caminar.
Si bien algunas asociaciones veterinarias se oponen a la cría irresponsable de pugs, debido a los problemas de salud evidentes de la raza, la popularidad de estos perros se ha mantenido vigente con el paso de los años. ¿La razón? Además de su gracia y carisma, es un amigo fiel que siempre estará dispuesto a sacarte una sonrisa.
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