A pesar de su nombre, los orígenes del bulldog francés fueron en Notthingam, Inglaterra, a comienzos del siglo XIX, cuando los criadores se interesaron por desarrollar una versión más pequeña del bulldog inglés; así surgió mediante cruces de pug (carlino), bulldog inglés y terrier. El nombre de bulldog francés viene porque se hicieron muy populares en Francia. Comenzó siendo un perro de las clases populares y poco después se puso de moda entre la nobleza y la aristocracia.
El pequeño y gracioso bulldog francés se ha convertido en un perro muy popular en los últimos años. Con un cuerpo compacto, recio, bajo y fornido tiene toda la apariencia de un perro de mayor tamaño pero en mini, lo cual lo hace más atractivo para la vida en lugares pequeños; es fuerte, musculoso, de aspecto cuadrado y tiene una sólida estructura ósea. La cabeza es grande y cuadrada, con la frente redondeada; su característico hocico es amplio, redondo, corto, y muy chato (por lo que tienen tendencia a roncar), con la trufa negra, que puede aclararse algo en perros de color claro. Los ojos son grandes, redondeados y oscuros.
Las orejas son medianas, anchas en la base y se mantienen erguidas; los ingleses las llaman orejas “de murciélago”.
Las patas son fuertes, cortas y musculosas, siendo más largas las traseras que las delanteras. La cola es corta y puede ser recta o ligeramente curvada. La piel está suelta o caída, y se forman arrugas en la cabeza y en los hombros. El pelo es corto y suave y puede ser de muchos colores, siendo característicos los rayados en distintas tonalidades.
Se adaptan estupendamente a la vida en grandes ciudades ya que no necesitan mucho espacio para correr, viven felices en pequeñas viviendas y con un corto paseo diario tendrán su cantidad de ejercicio necesaria para estar contentos.
Los bulldog franceses son cariñosos, juguetones y fáciles de cuidar. Su popularidad está relacionada directamente con la facilidad que tienen para vivir en ciudades. No necesitan realizar demasiado ejercicio por lo que se adaptan bien a casas pequeñas y a personas poco activas. Bastará con un paseo diario para que se mantengan en buenas condiciones, y no es recomendable que se esfuercen mucho, especialmente durante el verano, ya que son muy sensibles al calor.
Esta poca necesidad de ejercicio no significa poca necesidad de atención, ya que es un perro al que le encanta estar acompañado por los suyos, y no se sentirá bien si le hacemos pasar mucho tiempo solo. No es una raza apropiada si pasamos mucho tiempo fuera de casa. Conviene vigilarle la alimentación, ya que es propenso al sobrepeso y esto le puede ocasionar problemas de salud. Es un perro inteligente, aunque puede ser algo terco, por lo cual debemos tener paciencia a la hora de educarlo. No necesitan muchos cuidados; se recomienda limpiarle regularmente los oídos, los ojos y los pliegues de la piel.
El hecho de que fuera criado como animal de compañía hace que se lleve muy bien con extraños y que normalmente no tenga problemas con otras mascotas (a veces pueden ser un poco celosos). No es un perro ladrador, solo ladrará si oye algún ruido raro o si tiene algún problema o necesidad. Normalmente roncan, aunque este será el sonido menos molesto cuando comiencen a escuchar el resto de sonidos que salen de su pequeño cuerpo :). El bulldog francés es un perro sensible, cariñoso y amistoso, cualidades que hacen de él un excelente perro de compañía.
Es muy importante socializar a nuestro cachorro desde el principio, haciendo que se relacione con personas diferentes, otros perros y otros animales; si desde pequeñito normaliza la presencia de otros seres a su alrededor evitaremos que se vuelva celoso o dependiente y desarrolle un carácter inadaptado que puede ser bastante molesto.
También es importante mantener esta socialización a lo largo de su vida. Si cuando nuestro Bulldog francés va envejeciendo lo mantenemos activo y se sigue relacionando con otros animales y personas habitualmente, tendrá una vejez más saludable y adaptada. Con una correcta educación, enseñándoles bien su lugar en nuestra manada, se convertirán en perros simpáticos y encantadores, dóciles y protectores con nosotros y muy pacientes con los niños. Por ello los Bulldogs franceses se han convertido en una de las razas más populares desde hace unos años.
Otro detalle que ha ayudado a que el Bulldog francés sea tan popular es su facilidad para vivir en las ciudades. Al ser un perro pequeño no necesita demasiado espacio en casa. Tampoco es un perro que necesite mucho ejercicio así que con un corto paseo urbano tendrá suficiente para estirar las piernas y hacer sus necesidades. Sí es un perro muy familiar, muy apegado a sus seres queridos, y lo pasará mal si lo dejamos solo mucho tiempo.
Si decidimos adquirir un Bulldog francés existen criadores que tienen buenas líneas de cría y que hacen un buen trabajo, pero también podemos encontrar bulldogs franceses de dudosa procedencia, normalmente por un precio más barato pero que nos pueden acabar saliendo más caros en forma de gastos veterinarios y también de sufrimiento, al ver que nuestra mascota, a la que tanto queremos, tiene problemas de salud que deterioran su calidad de vida.
También hay que decir que nuestros cuidados son muy importantes y que si lo hacemos adecuadamente podremos prevenir problemas de salud en nuestro perrito. Hay ciertas dolencias a las que la raza Bulldog francés es propensa. Veamos algunos de ellos:
Afecta a las razas braquiocefálicas, es decir, aquellas que tienen el hocico achatado, muy corto en relación con su cráneo, como son, además del Bulldog francés, el Bulldog inglés, Shih Tzu, Boxer, o el Carlino.
Esta peculiaridad se produce porque los huesos del cráneo y el hocico están muy comprimidos y las paredes de la nariz y la tráquea estrechas, dificultando la entrada de aire a los pulmones. Esto produce problemas respiratorios, tos, estornudos, respiración ruidosa, ronquidos, inquietud y baja tolerancia al esfuerzo y al estrés.
Estos perros se fatigan demasiado en su vida cotidiana y el propio hecho de ver limitada su capacidad de respiración también les produce estrés, ya que les cuesta mucho moverse, a veces incluso de paseo, teniendo sensación de ahogo.
Produce enrojecimiento de la piel y picores en la zona afectada. Normalmente causada por una alergia. Debemos tratar de identificar el alérgeno para evitarlo.
El Bulldog francés es propenso a las infecciones en los oídos, ya que los tiene salidos y puede entrarle suciedad fácilmente. También pueden tener problemas en los ojos, como un desarrollo anormal de los párpados, glaucoma o cataratas, normalmente en la vejez.
También puede haber problemas relacionados con parásitos internos que pueden provocar trastornos digestivos, úlcera o pérdidas de sangre, por lo que habrá que tener cuidado, especialmente en los primeros meses, de qué hace el perro al salir a la calle; cuidado con hierba que pueda contener productos tóxicos.
Es decir, que tiene un desarrollo óseo particular, con las extremidades largas y las vértebras cortas. Esto puede hacer que haya perros más cortos de lo normal lo cual suele acarrear problemas de movimiento. Cuanto más corta sea la espalda peor, ya que el perro tendrá más dificultad para el movimiento y se acentuarán los problemas respiratorios por el estrechamiento de la caja torácica.
En primer lugar nos gustaría destacar la importancia de cuidar sus ojos y oídos. El Bulldog francés es propenso a las infecciones oculares; las infecciones pueden ocurrir por la acumulación de legañas en los párpados. Debemos retirarlas usando suero fisiológico y unas gasas para no dañar la zona.
También la higiene de los oídos es muy importante para el Bulldog francés. Podemos limpiárselos usando un líquido especial para ello, o en caso de duda consultar con nuestro veterinario. Mucho cuidado con algodones u otros métodos invasivos que pueden dañarle.
Otra parte en cuya higiene debemos poner cuidado es la piel; al tener esos característicos pliegues es posible que se les acumule suciedad o humedad que pueden causar la aparición de hongos. Atención a la zona de la cara, ya que una infección de hongos aquí puede pasar a los ojos, oídos o boca y causar problemas mayores.
Se recomienda cepillar a nuestro Bulldog francés unas 2 o 3 veces por semana, a no ser que esté en época de cambio del pelo, en cuyo caso está bien hacerlo a diario. Lo ideal es cepillarlo unos 5 a 10 minutos, a contrapelo para eliminar bien pelo muerto y otros residuos, y que el pelaje les quede bien brillante.
Para limpiarle los dientes podemos utilizar un cepillo de dientes para perros. Cuanto antes empecemos a familiarizarles con su uso mejor lo aceptarán. También existen huesos o juguetes específicos para la limpieza dental. Si tenemos dudas podemos consultar a nuestro veterinario.
En cuanto al baño, normalmente basta con bañarlos cada 4 o 5 semanas; así su pelo y su piel se mantendrán en buenas condiciones. Se recomienda cepillarlo antes del baño. Es importante tener cuidado de que no les entre agua o jabón ni en los ojos ni en los oídos. También debemos aclararlo bien para no dejar restos de jabón en su piel.
Por último nos vamos a referir a la alimentación. Se recomienda dosificarle la comida a nuestro Bulldog francés para que coma 2 o 3 veces al día. Esto se debe a que es malo que coman mucha cantidad de una vez. Además el Bulldog francés tiene tendencia a engordar por lo que es muy importante darle un buen pienso que les aporte los nutrientes necesarios y lo justo de grasa. Un pienso adecuado de buena marca ayudará a mantener sano y feliz a nuestro Bulldog francés.
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