- Peso:
30 a 50 kg - Altura:
60 a 70 cm - Tamaño de raza:
Grande - Familia de raza:
Perros de trabajo - Ideal para:
Personas activas
Akita Inu es una raza de perro icónica de la cultura japonesa, admirada por su independencia, su nobleza y por gran devoción hacia los humanos. En la antigüedad, fueron criados como perros guardianes de los líderes imperiales japoneses, por lo que son perros que aún conservan la necesidad de trabajo y protección de sus antepasados.
El Akita es un perro respetuoso y tolerante, pero suele tener un comportamiento reservado con los desconocidos. Si reciben socialización y entrenamiento temprano, pueden convertirse en grandes aliados para familias con niños, e incluso pueden ser sobreprotectores con los más pequeños de la casa.
¿Quieres saber qué hace tan especial a esta raza de perro? Esta guía es para ti.
Índice de contenidos
Sobre los perros Akita Japonés
- Tamaño: El Akita japonés es un raza grande, con una altura a la cruz que varía entre 58 y 64 cm para las hembras, y entre 64 a 69 cm para los machos.
- Peso: Los machos pesan entre 38 y 59 kg, mientras que las hembras pesan entre 29 y 49 kg.
- Esperanza de vida: De 10 a 12 años.
El Akita es el más grande dentro de las razas japonesas. Fue criado como perro de caza de animales de gran tamaño como el jabalí . Es un perro muy ágil y puede trabajar en contextos extremos como en la nieve, etc. Es muy fuerte y rápido, también en lo que a natación se refiere, colaborando también con pescadores conduciendo los peces a las redes.
El Akita Inu posee una estructura corporal bien definida que refleja sus funciones originales de perro de trabajo y vigilancia. Posee extremidades bien articuladas y patas de gato con almohadillas gruesas. Su cola es gruesa y con abundante pelo, y se enrosca sobre la parte superior del lomo con una leve inclinación hacia uno de los lados.
Es un perro de cabeza grande, con orejas triangulares y rectas que caen levemente para respetar el arco del cuello. La zona que une el hocico con la frente está bien pronunciada. Los ojos son pequeños y oscuros, de forma triangular y profundamente ubicados, dándole una expresión seria y digna. El pecho y el cuello son anchos, y sirven de base para equilibrar las dimensiones características de su cabeza.
El pelaje del Akita es grueso y corto, con una capa interna suave. Si el perro es criado en climas cálidos, es probable que el pelaje interior adelgace considerablemente. Por su parte, el abrigo exterior o “protector” es más grueso y largo. Algunos perros pueden tener el pelo largo y, en ocasiones, la capa interna del pelaje puede tener un color distinto al de la capa exterior.
Debido a que existen dos variantes de la raza, una japonesa y otra americana, algunos de los rasgos antes mencionados pueden variar. Abordaremos este tema más adelante.
En España está considerado como perro peligroso, así que para tener uno hay que poseer licencia para perros potencialmente peligrosos.
En cuanto a su color de pelo, puede presentar cualquiera, siendo el más común el marrón-dorado, gris, negro y blanco .
Carácter del Akita
Los Akita actual combinan una gran inteligencia, valentía, estado de alerta y lealtad hacia su familia. Criado bajo las condiciones adecuadas, puede ser una mascota afectuosa, aunque su carácter lo convierte en un perro territorial y distante con los desconocidos. Su comportamiento es independiente, muy similar al de los felinos, por lo que no es extraño que adopte rutinas de aseo después de comer.
La mayoría de las veces, son mascotas tranquilas y analizan cualquier situación antes de reaccionar impulsivamente. Por ello, a veces resultan complicados de comprender. Como no fueron criados para vivir acompañados, son bastante reacios a compartir con otros animales dentro del hogar, y tienden a comportarse agresivos con otras mascotas, en especial con perros del mismo sexo.
Al no mostrar signos de agresión y ser un perro sigiloso, las conductas violentas del Akita son inesperadas y bastante agresivas. En este sentido, se recomienda criarlo como única mascota. A pesar de ser territoriales y celosos con sus familias, no son conocidos por ladrar excesivamente. Debido a que su personalidad es compleja, su entrenamiento puede ser difícil y exigir mucha paciencia de parte del propietario. Por ello, no es una raza recomendada para propietarios primerizos.
Debido a que se esfuerza notablemente por proteger a su familia, es una raza en la que cualquier dueño puede confiar. Se afirma que muchas madres japonesas de siglos pasados dejaban a sus hijos bajo el cuidado del Akita, demostrando la confianza que transmite el can como guardián.
El Akita Inu es posesivo cuando llega la hora de comer, por lo que no querrá que nadie se acerque cuando se esté alimentando. Además, no suelen compartir sus juguetes ni tolerar las burlas. Pese a proteger a los niños, no deben dejarse a solas con otros pequeños ajenos al hogar. En algunos países, el Akita es considerado un perro potencialmente peligroso, por lo que se debe tener en cuenta la responsabilidad que implica adoptar una de estas mascotas.
Si bien la percepción del Akita no es precisamente la de un perro amistoso, los propietarios de este can lo consideran confiable y bastante dócil. Recuerda que todos los comportamientos antes descritos dependen de factores hereditarios y son proporcionados por las principales organizaciones de criadores. Si vas a adoptar un Akita, asegúrate de conocer primero cómo era el temperamento de sus padres, ya que solo así sabrás con qué tienes que lidiar.
En muchos países, en especial los asiáticos, el Akita es utilizado como perro policía o para terapias de rehabilitación. Son entregados al trabajo, por lo que también han participado en múltiples concursos caninos de rastreo, caza, agilidad y obediencia, incluyendo programas de buena ciudadanía para mascotas.
Los Akita americanos y japoneses poseen temperamentos similares. En el caso de la línea japonesa, estos perros suelen tener un carácter más reservado, a diferencia del Akita americano que tiende a ser más amistoso. En todo caso, el temperamento de cualquier perro dependerá de un entrenamiento temprano y socialización con personas y otras mascotas a lo largo de toda su vida. El Akita requiere firmeza y conocer el orden jerárquico del hogar durante sus primeras de vida. De lo contrario, será un perro difícil de controlar.
Orígenes de la raza Akita
El perro debe su nombre a la prefectura de Akita, una región ubicada al norte de la isla japonesa de Honshu, donde se cree que se originó la raza. Existen pruebas arqueológicas encontradas en esta región que han permitido deducir que sus primeros pasos se remontan a unos 4,000 años. Sin embargo, no existe total certeza sobre su origen.
Estudios aseguran que los antepasados del Akita llegaron a estas tierras asiáticas provenientes de Siberia. Esta teoría tiene sentido, debido a que el fin de la Era de Hielo propició la formación de las islas japonesas. Es posible que los perros provenientes de Siberia y Alaska llegaran a esta región y se mezclaran con las razas de perros nativas.
Según la cultura japonesa, el antepasado directo del Akita es un perro llamado Matagi, el cual acompañó a los cazadores del mismo nombre en sus expediciones invernales y les ayudó en la caza de jabalíes, alces y osos pardos asiáticos. Al parecer, el Akita se encargaba de mantener acorralado al animal hasta que el cazador pudiera acercarse a ejecutar la matanza. Una leyenda conocida relata cómo dos perros de esta raza cazaron a un oso gigante de más de 300 kilos.
El Kojiki, un antiguo manuscrito japonés (712 d.C), describe un perro de pelaje blanco con características similares al Akita. Lo mismo ocurrió en el año 1,016 d.C., en el Libro de la Almohada de Sei Shonagon. Otros libros que se publicaron durante el período Kamakura (1,118 al 1,332), como el “Hojo Kudaiki”, mencionan a perros de pelea similares.
Además de las múltiples referencias escritas sobre esta raza, también existen esculturas, papiros y objetos que la representan, especialmente en los templos japoneses. A principios del siglo XVII, el carácter del perro despertó el interés del shogun Tokugawa Tsunayoshi. Desde ese momento, se convirtió en un compañero ideal para los samuráis.
La demanda del Akita creció en el siglo XVIII, cuando las peleas de perros se popularizaron en Japón. Con el objetivo de aumentar su fortaleza para el combate, esta raza fue cruzada con los Tosa Inu. Sin embargo, el alcalde de Odate, una provincia de la prefectura de Akita, abogó por la pureza de la raza y organizó diversos eventos de exposición para aumentar su popularidad.
Con la finalidad de conservar e investigar la pureza de las razas japonesas de perros, se creó en 1927 la Asociación Akitainu Hozonkai. En 1931, tras considerar que la conservación del Akita era primordial, se condecoró al perro como “Monumento Nacional” y se estableció como raza japonesa oficial bajo el nombre Akita Inu.
Diferencias entre Akita japonés y Akita norteamericano
Poco después de finalizar la Segunda Guerra Mundial, se establecieron dos líneas de sangre para la reproducción de la raza: la línea Ichinoseki y la línea Dewa. Una gran cantidad de Akita de la línea Dewa fueron llevados a EE.UU. por militares que regresaron de la guerra, mientras que Japón priorizó la cría de la línea Ichinoseki para traer de vuelta los rasgos característicos de los primeros Akita.
En 1973, el American Kennel Club reconoció al Akita americano e impidió que cualquier perro de esta raza criado fuera de EE.UU. fuese registrado en el país. Aunque la decisión cambió en 1992, los clubes japoneses y estadounidenses ya contaban con sus propios estándares y la diferencia entre ambos perros no era tan pequeña como al principio.
En 1999, la Federación Cinológica Internacional (FCI) decidió acabar con el problema entre clubes y emitió dos clasificaciones distintas:
- Akita americano: Son perros criados para la defensa, con orejas de mayor tamaño y frente arrugada.
- Akita japonés: Su tamaño es menor que el del americano, no poseen arrugas y sus colas están bien enroscadas.
El pelaje de los Akita americanos no tiene un color definido y usualmente tienen la cara negra, mientras que el japonés no tiene máscara y se limita a los colores naranja y blanco, el blanco puro, o pelajes atigrados.
Cuidados de rutina y aseo
Garantizar una excelente calidad de vida para tu Akita Inu depende en gran medida de una dieta saludable, ejercicio y una adecuada rutina de aseo. Asegúrate de ser puntual con su calendario de visitas al veterinario, ya que allí se realizará cualquier examen de rutina que permita detectar problemas de salud a tiempo. Estos son algunas prácticas efectivas para el bienestar de tu mascota:
- Cepilla su pelaje al menos una vez por semana.
- Limpia sus orejas con un paño o toalla húmeda. Ten cuidado con limpiar en zonas muy profundas.
- Cepilla sus dientes tres veces por semana.
- Permite que tu perro haga ejercicio con regularidad, sin permitir excesos.
- Consulta con tu veterinario cuál es la dieta más adecuada para su edad.
- Utiliza juegos y sé creativo al momento de compartir con tu perro. Evita que se aburra en casa, ya que puede comportarse de manera indebida si no recibe la atención necesaria.
- Supervisa sus acciones como lo harías con un niño. Esto incluye recoger del suelo los objetos que puedan ingerir, romper o causar daños a su organismo.
¿El entrenamiento del Akita Inu es difícil?
Como mencionamos anteriormente, el temperamento del Akita puede ser difícil de manejar para un propietario inexperto. Estos perros de voluntad sólida requieren de mucho carácter por parte de sus dueños y su socialización debe ser recurrente desde sus primeros días de vida. El Akita debe comprender el orden jerárquico del hogar para no convertirse en una mascota testaruda.
A través del refuerzo positivo será mucho más sencillo entrenar a esta mascota. Sin embargo, el entrenamiento consistente será crucial para lograr buenos resultados. Las personas y las mascotas que rodeen al Akita deben ser amigables con el cachorro, y el propietario debe encargarse de exponerlo a diferentes situaciones para facilitar el desarrollo de sus habilidades de convivencia. De esta forma, cualquier signo de agresividad o territorialidad se mantendrá bajo control y su potencial de perro guardián medianamente afectivo saldrá a flote.
El Akita aprende con facilidad, y el respeto que reciba de su familia lo devolverá multiplicado. Una buena forma de llamar su atención es mediante juegos que impliquen esfuerzo de su parte y al menos dos caminatas al día, ya que es una raza de trabajo que requiere ejercicio moderado. Una ventaja adicional es que les gusta complacer a sus dueños.
Problemas de salud de los Akita
Si bien el Akita es un perro fuerte, de buena estructura corporal y criado para el trabajo, puede desarrollar algunas afecciones de salud de carácter genético. Esto no quiere decir que tu mascota necesariamente tenga que sufrir de estos problemas, pero es mejor tener claro lo que representa cada una para saber a qué enfrentarte.
No todas las condiciones pueden detectarse a una edad temprana, lo que te obligará a mantenerte en contacto con el veterinario para cualquier examen de rutina. Estos son los problemas de salud comunes de la raza:
Hipotiroidismo
Es un trastorno caracterizado por la incapacidad del organismo de producir la cantidad suficiente de hormona tiroidea. Los síntomas incluyen pérdida de cabello, piel reseca, cambios de comportamiento y aumento de peso. Se cree además que esta enfermedad es la causa de otras afecciones como la epilepsia, la hiperpigmentación y el letargo. El tratamiento incluye un régimen alimenticio avanzado y medicación.
Torsión gástrica
También conocido como síndrome de dilatación-vólvulo gástrico (DVG), es una enfermedad frecuente en razas grandes, y se produce a causa de la distensión y mala ubicación del esófago. Se caracteriza por la acumulación excesiva de gases a causa de la torsión del estómago. La rotación gástrica produce un corte en el suministro de sangre al estómago y, en ocasiones, al bazo. En consecuencia, el perro entra en un estado de disfunción de múltiples órganos vitales que puede causarle la muerte en menos de media hora.
Si el propietario nota que su perro presenta arcadas constantes sin aparición de vómito, abdomen inflamado o si se acuesta en posición de oración, debe acudir de inmediato al veterinario. Una solución a este problema es el tratamiento quirúrgico preventivo para fijar el estómago en su sitio y evitar la torsión.
Displasia de cadera y codo
La displasia de cadera es una condición hereditaria que se presenta mayormente en razas de perros grandes, y consiste en un desarrollo inadecuado de la cadera que evita que el fémur encaje correctamente en esta articulación. En el caso del codo, el desarrollo anormal del tejido óseo genera la inflamación y el desgaste progresivo de las estructuras que componen dicha articulación.
Los principales síntomas de la enfermedad son el dolor recurrente y la dificultad para caminar. El tratamiento incluye fármacos y, en casos más graves, puede requerir cirugía.
Artritis
Los Akita de mayor edad tienden a desarrollar artritis, una condición que consiste en la degeneración de las articulaciones. A medida que el perro madura, se produce un desgaste de los cartílagos que unen las articulaciones, lo que incrementa la fricción entre los huesos. En consecuencia, el animal presentará mucho dolor y dificultad para moverse.
Es probable que este problema de salud no sea tan evidente en sus primeras etapas, por lo que será importante visitar al veterinario con frecuencia para un diagnóstico temprano. Si la artritis es grave, puede requerir cirugía, pero normalmente puede tratarse con medicamentos. Un perro con sobrepeso puede desarrollar artritis más rápido, por lo que será importante cuidar su alimentación.
Dermatitis atópica canina
Es un trastorno inflamatorio que se produce por la hipersensibilidad de la piel a ciertos elementos ambientales, incluidos el polen, los ácaros y el moho. Las zonas más afectadas suelen ser las patas, el abdomen, el hocico y las orejas. Los síntomas incluyen el sarpullido y quemazón intensa, los cuales obligan al perro a rascarse y lamerse desesperadamente. El tratamiento incluye la administración de fármacos y cremas especiales.
Atrofia progresiva de la retina (PRA)
Es una enfermedad degenerativa de origen hereditario y consiste en la muerte de las células de la retina. A pesar de que es una afección que no causa dolor en el perro, genera una pérdida progresiva de la visión y puede producir ceguera. Los síntomas incluyen pérdida de visión en las noches, dilatación de las pupilas y confusión al caminar.
El Akita Inu es un gran compañero en el hogar cuando recibe los niveles correctos de atención, socialización, entrenamiento y cuidado. Generalmente, son apegados a sus familias y viven felices cuando conviven en los mismos espacios con su dueño. Si consideras que este perro se adapta a tu personalidad y necesidades, no dudes en llevar uno casa.