El Labrador Retriever es una de las razas más populares del mundo, no solo por su aspecto físico, sino también por su amabilidad y alegría. Desarrollados para el trabajo y el deporte, los labradores tienen un pelaje fácil de cuidar y una inteligencia que resulta muy útil. Son animales cariñoso con sus dueños.
Sin embargo, aunque el estándar de la raza no reconoce variaciones del Labrador Retriever, lo cierto es que existe un gran debate en torno a dos variantes. ¿Deseas conocer cuáles son estas razas de perros labrador? En las próximas líneas, te lo contamos.
Oficialmente, no. Sin embargo, diversos grupos de criadores aseguran que existen dos razas de labradores que se diferencian claramente entre sí: el Labrador Retriever inglés y el Labrador Retriever americano. La versión criada por los ingleses es diferente en aspecto a la variante estadounidense, ya que posee un peso superior y una contextura ligeramente más gruesa.
El Labrador americano es un poco más alto que el inglés, mientras que su pelaje es liso y carece de ondas, una característica de la versión inglesa. El American Kennel Club (AKC) reconoce el negro, amarillo y marrón como los colores estándares de la raza, pero algunos sugieren que existen un Labrador de color plateado que surgió a partir de una mutación.
Los orígenes del Labrador Retriever se remontan a la década de 1800, cuando una variedad de perros de trabajo de Norteamérica, especialmente de Canadá, fueron enviados a Inglaterra por los cazadores de la región. La mayoría de estos canes eran una versión más pequeña del Terranova, y todos eran recuperadores de presas en el agua.
Una vez en Inglaterra, los criadores realizaron una gran variedad de cruces, en los cuales se dice que estuvo involucrado el Labrador de pelo plano, hasta lograr la raza refinada que conocemos hoy en día. Durante mucho tiempo, el desarrollo del Labrador Retriever respondía a la necesidad de los cazadores de contar con un perro recuperador en agua.
Sin embargo, la estructura física de estos perros también les ha permitido trabajar como cazador, especialmente de aves. Su amplia disposición para el trabajo, su energía y su deseo de trabajar en compañía del ser humano le ha permitido colarse como apoyo de muchos cuerpos de rescate, policía y también como mascota de terapia.
A pesar de su fama como perro de hogar, el Labrador Retriever se siente mucho mejor en espacios abiertos. Por ello, se recomienda contar con un espacio lo suficientemente grande, como un patio o jardín, para que se desenvuelva sin problemas y no desarrolle problemas de ansiedad.
Debido a la gran necesidad del Labrador Retriever de estar rodeado de personas, es un perro ideal para familias con niños. A este can le encanta “recuperar” objetos, por lo que será un gran aliado de juegos para los más pequeños y con su simpatía alegrará los días de los adultos de la casa.
Al ser un perro fuerte, necesita entrenamiento de obediencia para no ser brusco cuando interactúa con las personas, mientras que la socialización temprana es un aspecto fundamental de su desarrollo y no debe descuidarse bajo ningún concepto. La octava semana de vida es el mejor momento para iniciar este adiestramiento.
Aunque el Labrador Retriever es una mascota con buena salud, al igual que todas las razas caninas, es propenso a sufrir de algunas patologías. Esto no quiere decir que tu cachorro sufrirá una de las siguientes enfermedades, sino que podría ser más propenso a desarrollarlas por simple genética:
Para mantener un cachorro sano, llévalo regularmente al veterinario. De esta forma, podrás tratar de manera temprana cualquier afección que pueda surgir en el camino. Asimismo, consulta la cantidad adecuada de alimento que debes proporcionarle según su edad, su peso y sus condiciones físicas. Por lo demás, solo necesita amor y un hogar para ser feliz.
Debido a que ninguna asociación cinológica aprueba la existencia de dos variantes de Labrador Retriever, el perro adecuado para ti depende exclusivamente de lo que buscas en un perro, y lo que estés dispuesto a hacer para garantizarle al animal una excelente calidad de vida con base en sus necesidades físicas, mentales y de mantenimiento.
Estos canes son muy fáciles de entrenar debido a su inteligencia, la cual también les confiere un carácter tranquilo y un nivel de socialización envidiable en el mundo de las mascotas. Además, cuidarlos es muy sencillo, solo deberás tener en cuenta que pueden desarrollar sobrepeso si no se controla adecuadamente su nutrición.
Aunque este perro no es agresivo, puede proteger ferozmente su hogar y su familia si se presenta un contexto de amenaza. Sin embargo, en el día a día, este can no es un buen guardián, ya que tiende a hacerse amigo de las personas y otros animales con facilidad. También debes tener en cuenta que el Labrador es un perro fuerte, por lo que debe ser entrenado con la correa desde cachorro. Así evitarás que te arrastre en cada paseo.
Gracias a su alto nivel de energía, el Labrador Retriever no debe dejarse solo en casa demasiado tiempo o ignorar su jornada diaria de ejercicio. Un perro aislado e inquieto solo se traduce en comportamientos destructivos, como ladrar, cavar y morder todo en exceso.
Debes tener cuidado cuando adoptes o compres uno de estos cachorros, ya que la línea de perros de exhibición tiene comportamientos diferentes a los más domesticados. Mientras los primeros son mucho más enérgicos y con necesidades altas de actividad física, los segundos disfrutan mucho más de descansos largos en el mueble frente a la televisión.
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