China es una tierra legendaria y cargada de un misticismo especial por los animales. En este país, los perros representan riqueza y prosperidad, y algunas razas han sido criadas con propósitos meramente espirituales. Debido a la fuerte influencia de la religión, algunas razas de perros chinos se consideran de origen divino, y fueron utilizadas en la antigüedad para la protección de los templos y monasterios imperiales.
Los perros chinos tienen poca influencia de razas extranjeras, y es precisamente este aspecto el que los hace únicos. Reconocidas por su majestuosidad, su inteligencia, su lealtad hacia los humanos y su instinto protector, las razas chinas varían en tamaño, apariencia y temperamento. Sin embargo, todas poseen historias milenarias e interesantes.
Hoy en día, muchas razas provenientes de estas tierras son populares en todo el mundo. Por ello, hemos decidido construir una lista de 10 razas chinas que no puedes dejar de leer, ya que no nos limitaremos a mostrarte su nombre, sino que además conocerás su historia y entenderás por qué son tan valoradas.
Índice de contenidos
Razas de perros chinos pequeños
Shih Tzu
Es una raza originaria del Tíbet, lugar donde fueron criados como perros guardianes por los practicantes del budismo. Por razones espirituales, los budistas cuidaban constantemente su pelaje para hacerlos lucir como los “Leones de Fu”, los míticos animales protectores del templo imperial. De hecho, la palabra Shih Tzu significa “perro león” en chino. Este can también se ganó un puesto privilegiado dentro de la realeza china debido a su buen carácter y a sus habilidades de perro de compañía.
El Shih Tzu no supera los 27 cm de altura, mientras que su peso varía entre los 4,5 y los 7,3 kg. Su cuerpo es más largo que alto, y su pelaje es sedoso. Es un perro de hocico corto (braquicéfalo) y ojos grandes. Sus orejas también son de gran tamaño, cuelgan hacia los lados y están tan tupidas de pelo que hacen lucir su cabeza más grande de lo que en realidad es. Su caminar orgulloso es llamativo a la vista de cualquier persona.
Es un perro leal, afectuoso y muy sociable. Tiene instinto protector, por lo que suele mantenerse alerta y es desconfiado con los desconocidos. Aunque no suele llevarse bien con otras mascotas, le encanta jugar con los niños.
Pequinés
Esta raza recibe su nombre por la ciudad de Pekín. Sin embargo, sus orígenes se asocian a los míticos perros del Tíbet imperial. Es una de las razas de perros chinos más antiguas que existen, con registros que datan de hace 4,000 años. En la antigüedad, la propiedad del Pequinés estuvo restringida a la realiza, y el castigo por poseer uno de estos canes sin autorización era la muerte.
Es otro de los animales valorados por el budismo, doctrina que lo considera un León de Fu, al igual que el Shih Tzu. La creencia reza que Buda otorgó un deseo al León y lo convirtió en un perro. A cambio, el León de Fu pidió conservar su valentía.
Su cuerpo es más largo que alto, y no suele superar los 25 cm de altura. Su peso rara vez se ubica por encima de los 5 kg, por lo que su caminar es ligero y orgulloso. Es una raza braquicéfala, con una cabeza grande en proporción con el cuerpo. Su abrigo es de doble capa, con la parte externa más lisa y abundante. Sus ojos son redondos y de tamaño mediano.
El Pequinés es un excelente perro guardián a pesar de su tamaño. Aunque no es un ladrador excesivo, se hará notar fuertemente ante la presencia de extraños. Es un perro acostumbrado al hogar, por lo que no necesita mucha actividad física. Su seguridad y valentía no le resta dotes afectivos, por lo que estará feliz de acurrucarse junto a ti.
Pug o Carlino
Es una raza cuyos orígenes se remontan a unos 2,000 años, cuando fueron criados por los emperadores chinos. Al igual que otras razas orientales, el Pug era considerado un perro sagrado que los forasteros solo podían poseer si lo recibían como obsequio. Se cree que los comerciantes holandeses fueron los primeros en llevarlos a Europa, y los primeros registros del Pug fuera de china se remontan al siglo XV.
Pese a este pasado, la popularidad del Pug se logró gracias a los británicos. Efectivamente, su nombre proviene del término pugg, que solía utilizarse en el inglés antiguo para referirse a un “amigo pequeño y juguetón”. Hoy en día, ese mismo comportamiento juguetón y travieso los convierte en uno de los preferidos de las familias.
El Pug mide entre 30 y 36 cm de altura, mientras que su peso varía entre los 5 y los 13 kg. Es una raza braquicéfala, con arrugas en la cara y ojos grandes, características que lo hacen propensos a diversas afecciones de salud. Son perros que requieren de socialización y entrenamiento temprano para prosperar con otras mascotas y desconocidos. Siempre están alerta y les encanta complacer a sus dueños.
Lhasa Apso
El Lhasa Apso es otra de las razas de origen tibetano que fueron criadas para la protección de templos. Se cree que su existencia data del año 800 a.C., por lo que podría ser una de las razas de perros chinos más antiguas. Se cree que estos perros tenían la función de alertar a los mastines tibetanos sobre la llegada de cualquier forastero. Los monjes los consideraban un símbolo de buena suerte, por lo que solían representar un regalo preciado para los mandatarios extranjeros.
Su tamaño ideal varía de 25 a 28 cm., mientras que su peso deseado es de 8 kg. Su cuerpo es más largo que alto, y posee una estructura ósea bien definida. Algunas personas suelen confundirlo con el Shih Tzu por su altura y pelaje. El abrigo es de doble capa, largo y abundante. Los ojos pueden ocultarse levemente ante la caída del pelaje sobre su rostro, y su barba tiende a ser larga. Su hocico es corto y sus orejas cuelgan hacia debajo de manera elegante.
Al igual que otros perros criados para ser guardianes, el Lhasa Apso es distante con los extraños y no suele ser demasiado afectuoso. A pesar de ello, son cercanos y muy protectores con sus familiares. Si notan la presencia de un desconocido o cualquier situación irregular, su ladrido puede ser intenso. En todo caso, la mejor alternativa para evitar comportamientos indeseados es entrenándolo a una edad temprana. Además, estos perros requerirán compañía constante para mejorar su carácter.
Razas de perros chinos grandes
Chow Chow
Es una raza proveniente de la región norte de China. La cultura oriental considera que estos perros sirvieron de modelo para crear las estatuas del León de Fo, los tradicionales guardianes imperiales mencionados anteriormente. Es una de las razas de perros más antiguas, con registros que datan del año 206 a.C. Inicialmente empleados como perros guardianes y cazadores, estos peludos fueron miembros de la familia real y el emperador.
Es fácil reconocer a un Chow Chow por su gran pelaje, que cubre especialmente su cabeza al mejor estilo de una melena de león. También se le compara con los osos, y poseen arrugas en su rostro al igual que otras razas chinas. Además, su lengua y sus encías son distintivas debido a su color azul o negro. Es un perro de cuerpo compacto, cubierto por un pelaje denso y liso.
El Chow Chow es una excelente mascota de compañía. Debe ser entrenado con refuerzo positivo y respeto para no perder su atención, ya que suelen aburrirse con facilidad. Es un animal territorial con otras mascotas y desconocidos, por lo que será importante exponerlo a socialización temprana.
Perro lobo de Kunmíng
Los orígenes de esta raza no están del todo claros, aunque se cree que son descendientes del Lobo y el Pastor Alemán, con el que tienen un parecido impresionante. Son conocidos por su inteligencia y habilidades de rastreo, por lo que han sido utilizado en múltiples labores militares, incluida la detección de minas. Muchos perros de esta raza sirven a los cuerpos de bomberos chinos y a las instituciones de rescate.
El lobo de Kunmíng es un perro de tamaño mediano, cuya altura varía entre 64 y 68 cm. El peso ideal de este cachorro es de 30 a 38 kg. A diferencia del Pastor Alemán, este can posee mayor altura en la región de la espalda. Su pelaje es de doble capa y estacional, lo que quiere decir que mudará considerablemente cuando lleguen los climas cálidos. Al igual que su primo alemán, tiene la cola larga y tupida de pelaje. Por lo general, su cara y sus lomos están pintados de negro.
Es un perro inteligente, confiado de sí mismo y de gran voluntad para el aprendizaje. No por casualidad es sobresaliente en múltiples tareas. Requieren mucha actividad, por lo que será importante llevarlos a caminar dos veces al día. Debidamente entrenados, suelen disfrutar de la compañía de los niños.
Shar Pei
Los orígenes de esta raza se remontan al año 206 a.C., y son considerados como el símbolo animal de la dinastía Han. Su nombre significa “piel de arena”, en referencia al color y textura de su pelaje. Fueron utilizados como guardianes de tumba, perros de defensa e incluso participaron en combates. En la década de 1960, con llegada de la China Comunista, esta raza estuvo a punto de extinguirse por ser considerada un lujo innecesario. Sin embargo, un criador local obtuvo ayuda extranjera y se exportaron algunos ejemplares a EE.UU. para garantizar su supervivencia.
Los Shar Pei pueden medir entre 44 y 51 cm, y su peso no suele ser mayor a 30 kg. Su cuerpo es bien proporcionado, sus patas rectas y su cola se enrolla sobre la espalda. Las arrugas de su rostro son consideradas como un símbolo de longevidad dentro de la cultura china, mientras que su lengua es azulada al igual que la del Chow Chow.
El Shar Pei es un perro temperamental e independiente debido a su instinto de guardián. Por ello, debe recibir socialización y entrenamiento a lo largo de toda su vida. Estos animales suelen animarse con los juegos, pero normalmente son bastante tranquilos. Sus arrugas deben recibir atención especial, ya que la acumulación de suciedad puede conducir a múltiples enfermedades.
Chongqing
Es una de las razas de perros chinos menos conocidas. Es originario de Chongqing, una región perteneciente a la provincia de Sichuan. Fueron criados como cazadores y protectores de ganado, por lo que se considera un perro de trabajo. Gracias a estas habilidades, el Chongqing logró sobrevivir a la prohibición comunista de mascotas durante la década de 1960. Aunque fueron numerosos en algún momento, la llegada del virus SRAS casi los extingue.
Su aspecto es fácilmente reconocible por las formas de su cara, sus pliegues en la frente y sus orejas triangulares erectas. Además, la forma de sus ojos es almendrada y su contorno se cierra hacia los lados para darle un aspecto “achinado”. Su cuerpo es musculoso y bien proporcionado, a excepción del hocico, el cual es considerablemente corto. Su cola también es inusual, debido a su forma puntiaguda. La altura de estos perros puede llegar a los 40 cm, mientras que su peso oscila entre los 15 y los 25 kg.
El Chongqin es un perro protector, leal y potencialmente violento ante la presencia de amenazas. En ocasiones, puede ser dominante e independiente. No obstante, estos aspectos pueden controlarse con entrenamiento firme y socialización temprana.
Mastín tibetano
Esta raza de perro es originaria del Tíbet, una región ubicada al norte del Himalaya. Conocido también como Dogo del Tíbet, este perro fue el guardián predilecto de los antiguos monasterios tibetanos y acompañó a los pastores nómadas durante sus expediciones. Aunque su origen no se conoce con precisión, es una raza antigua cuyas primeras referencias se ubican en los escritos de Aristóteles (384 al 322 a.C.).
Su apariencia general es imponente. El Mastín tibetano es un perro fuerte, de buena estructura ósea y gran musculatura. Su peso puede superar los 73 kilogramos, y su tamaño puede alcanzar los 66 cm. Su cabeza es grande, su hocico ancho y su nariz oscura. Su mandíbula tiene forma rectangular y tiene mordida de pinza. Su pelaje es abundante y de capa doble, más suave y lanosa en el interior.
A pesar de su gran tamaño, es un animal bondadoso y protector, lo que significa que se mantendrá vigilante y escéptico ante la presencia de desconocidos. Sin embargo, posee una gran inteligencia, por lo que no tienden a poner demasiada resistencia a la socialización ni al entrenamiento.