La vida en el campo puede reportar muchos beneficios para nuestra salud y también para la de nuestro perro. No hay duda de que gozar de un amplio espacio abierto por el que poder correr y jugar con seguridad es algo que hará feliz a nuestro amigo de cuatro patas. Parece obvio que es más fácil mantenerse en forma viviendo en el campo que viviendo en la ciudad, debido al contacto continuo con el exterior y a la ausencia de coches y contaminación. Hace algunos meses dejamos algunos consejos para mantener en forma a nuestro perro viviendo en la ciudad; ahora vamos a dejar algunos para ayudar a nuestro a estar en forma viviendo en el campo.
Hay que tener en cuenta que el día a día de un perro que vive en el campo consiste en jugar, correr, cavar, mover objetos, etc… de manera que no necesitan un horario específico de tiempo para el ejercicio, como ocurre con los perritos que viven en la ciudad. Esto es beneficioso porque el perro por sí mismo puede ponerse a correr y hacer ejercicio para quemar el exceso de energía, lo cual hará que esté más equilibrado. En este sentido, un perro campestre será más independiente.
La seguridad es importante; dependiendo de dónde vivamos deberemos adoptar unas precauciones u otras, por ejemplo, si nuestra propiedad está acotada podremos estar más tranquilos en el sentido de que nuestro perro no se alejará demasiado por su cuenta. Sin embargo si el perro puede acceder a campo abierto hay que estar más alerta. Es bueno que el perro esté adiestrado para obedecernos de forma que acuda instantáneamente a nuestra llamada: esto podemos entrenarlo desde cachorro, alejándonos o escondiéndonos y llamándole, para darle una recompensa en forma de cariño y de comida cuando venga. Poco a poco lo iremos haciendo más difícil (estando más lejos o más escondidos). Si el perro está motivado por un buen premio, acudirá en nuestra busca, y eso puede hacer que en el futuro nos obedezca y venga corriendo desde cualquier lugar. La efectividad de esto también depende de la raza del perro, pues hay algunas razas que se distraen más fácilmente, haciendo que les cueste más trabajo aprender esto.
Una opción es llevar a nuestro perro a una zona segura donde pueda jugar y correr tranquilamente bajo nuestra supervisión. Si confiamos en él y le dejamos andar por ahí solo, lo que podemos hacer es colocarle un pequeño localizador en el collar que nos envíe una señal al móvil: de esta forma sabremos siempre por dónde anda y estaremos más tranquilos.
Según el lugar donde vivamos y la estación del año que sea, habrá que tener en cuenta ciertas cosas, por ejemplo ahora en invierno podemos abrigar a nuestro perro si vemos que las temperaturas son muy bajas. Para otros consejos sobre el invierno pinchar aquí.
Si tenemos cerca algún lago o río podemos aprovecharlo. En caso de que nuestro perro sea aficionado al agua y sea buen nadador, como por ejemplo un Labrador retriever o un Golden retriever, sin duda disfrutará del agua. Si nuestra mascota no es tan hábil en el agua, podemos ponerle un pequeño chaleco salvavidas para que no se hunda y pueda divertirse también en el medio acuático. Un juego de cobro (lanzar un objeto y que el perro nos lo traiga) en el agua será una refrescante opción para disfrutar del verano.