Extinción de comportamientos no deseados en un perro

Muchas veces premiamos comportamientos en nuestro perro que no deberíamos. Lo que ocurre es que casi siempre lo hacemos involuntariamente, sin darnos cuenta. Esto hará que el perro repita ese comportamiento en el futuro. Aquí es donde entra nuestra capacidad para educar a nuestra mascota y dejarle bien claro lo que nos gusta que haga y lo que no. Pero esto no suele ser tan fácil, ya que no podemos sentarnos con él y explicárselo.

 

En primer lugar veamos en qué consiste este “premio”: no es que le estemos dando un premio como los que usamos para que aprendan algo, es decir, un snack o algo de comida que sabemos que le gusta, sino que le estamos premiando con nuestra atención. A veces es difícil darse cuenta de esto, por ejemplo, si el perrito está en otra habitación, comienza a ladrar y nosotros acudimos, estamos reforzando su comportamiento de ladrar para el futuro; incluso aunque nuestra intención sea regañarle por estar ladrando, al aparecer allí lo que le estamos diciendo es “si ladras, yo vengo”, con lo cual el perro entenderá que para vernos debe ladrar hasta que vayamos. ¿Qué hacer entonces si lo que queremos es que haga lo contrario? Lo que debemos hacer es ignorarle. Solo si él ve que se comporta de una manera y no pasa nada, cambiará de comportamiento: siguiendo con este ejemplo, si ve que ladra y nadie viene, entonces probará con otro comportamiento, como llorar, gruñir o quedarse callado. Es este último comportamiento el que queremos reforzar, de modo que cuando el perro esté en silencio es cuando debemos acudir y darle cariño, que entienda que ese el comportamiento bueno.

 

golden retriever

 

 

Lo ideal es adoptar estas medidas cuanto antes para que no lleguen a desarrollarse estos comportamientos no deseados. Siempre es mejor prevenir que tratar de cambiar una conducta ya instaurada. Muchos comportamientos se pueden extinguir ignorándolos. En su mayoría son comportamientos de búsqueda de atención, como pueden ser ladrar, saltar, mordisquear o gruñir. Cuando localizamos un comportamiento no deseado que queremos eliminar, es bueno empezar entendiendo el patrón de ese comportamiento, lo que en psicología se llama operativizar una conducta; por ejemplo, en el caso de la conducta de ladrar, habría que ver cuántas veces suele ladrar cada vez, qué tiempo deja entre que acaba y vuelve a empezar, en qué situaciones lo hace o cómo es el ladrido. Una vez que tengamos algunos datos de este tipo nos será más fácil conseguir su extinción.

 

Para ello no debemos prestar atención a estos comportamientos, y con atención nos referimos a cualquier tipo de contacto, es decir, no debemos mirar al perro, ni tocarlo, ni decirle nada, tan solo girarnos y hacer como si no existiera, como si no lo estuviéramos oyendo. Solo así el perro entenderá que su comportamiento está siendo inútil, que no está llevando a nada y por tanto dejará de realizarlo. En estos casos se puede producir un aumento de la conducta; si al ladrar siempre tuvo atención y ahora ya no la tiene, puede que durante un tiempo ladre más intensamente buscando esta atención. Debemos seguir ignorándole y al final veremos como el comportamiento no deseado desaparece.

 

A cambio debemos reforzar sus comportamientos deseados, aquellos que queramos que se repitan. Por ejemplo, supongamos que nuestro perro estaba todo el rato pidiéndonos comida mientras estamos sentados en la mesa, al ignorarlo hemos conseguido que deje de hacerlo y ahora se sienta tranquilamente, está callado y se porta bien, cuando acabemos de comer podemos darle algo que le guste como premio; se recomienda echárselo en su plato, no dárselo estando aún sentados a la mesa.

 

Es bueno que nos preguntemos a menudo “¿qué conducta estoy reforzando al hacer esto o aquello?”. Así cada vez nos será más fácil darnos cuenta de lo que hacemos mal y lo que hacemos bien. Debemos premiar los comportamientos deseables e ignorar totalmente los indeseables. Así, con paciencia y cariño haremos de nuestro perro una mascota equilibrada, con buen carácter y además más feliz.

Comentarios
  • pet dice: Responder

    La verdad es que para la mayoría de propietarios es muy difícil corregir un comportamiento negativo. En nuestro país todavía no existe el hábito de acudir a un educador canino profesional.

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