La llegada de un cachorrito a un hogar suele ser un gran motivo de alegría para una familia, especialmente para los más pequeños. Y aunque todos los cachorritos son preciosos, lo cierto es que no todos encajarán igual de bien.
Por ello es muy importante plantearse, antes de la llegada del perrito, qué tipo de mascota queremos, qué tamaño va a alcanzar de adulto, que carácter va a tener o cómo se va a adaptar a nuestro hogar, en pocas palabras, elegir el cachorrito adecuado para nosotros. Para ello vamos a dar una serie de indicaciones que pueden servir de ayuda a aquellas familias que se estén planteando la incorporación de un nuevo miembro perruno.
Con la cantidad de razas de perros disponibles hoy en día, y de perros mestizos, es importante plantearse que clase de perro queremos, cuál se va a adaptar mejor a nuestra situación. Una vez que la familia decide incorporar un perro al hogar, es muy importante observar varias cuestiones antes de dar el paso, y responderlas según nuestras circunstancias:
Una vez que respondamos a estas preguntas estaremos más preparados para elegir el cachorrito adecuado a nosotros. Por suerte hoy en día la información abunda, de forma que buscando por internet o consultando algunos libros nos haremos una idea de cómo serán de adultos los perritos que nos interesan.
También puede ser adecuado preguntar a gente que veamos con perros que nos gusten, o consultar a personal especializado como veterinarios o adiestradores caninos que sin duda nos podrán dar información valiosa para nuestra elección.
Una de las cuestiones más importantes a tener en cuenta es el tamaño que alcanzará nuestra mascota. Si vivimos en un piso está claro que un perro grande, incluso mediano, no es recomendable ya que necesitará bastante espacio, normalmente soltará mucho pelo y puede ser que nuestra casa huela a perro. También podemos señalar que un perro nervioso con instinto cazador como un beagle o un cocker, será más adecuado para vivir en el exterior de la casa, ya que son muy activos y corremos el riesgo de que rompan objetos de la casa.
Es importante ver que cada perro tiene sus necesidades: unos necesitan mucha disciplina, es decir, son perros en cuyo adiestramiento hay que volcarse, otros necesitan más cuidados debido a sus características y otros van a necesitar mucho ejercicio, por lo cual debemos tener en cuenta la zona en que vivimos, si el perro podrá correr tranquilamente, así como nuestra disponibilidad para sacarle de paseo. Las necesidades de un cachorrito durante las primeras semanas son un poco más excepcionales y es importante tener cuidado de que no se haga daño, ya que aún no tiene conciencia del peligro, así como también es importante estar con él lo más posible, es decir, tratar de no dejarle sólo por mucho tiempo.
También es importante indagar sobre la salud de la raza o razas que nos pueden interesar, ya que por ejemplo hay ciertas razas con más predisposición a desarrollar displasia de cadera. Si nos estamos planteando una raza en concreto estaría bien consultar con alguien que sepa (como un veterinario) sobre posibles riesgos de salud de esa raza.
Un cachorro podemos adoptarlo o podemos comprarlo. Es importante decidir por cuál de las modalidades vamos a optar y esto debemos hacerlo según nuestras circunstancias. Lógicamente siempre recomendamos adoptar como primera opción.
Si uno se decanta por la adopción, en nuestra guía sobre la adopción encontrará más información.
Si nuestra opción es la compra será fundamental encontrar un buen criadero para adquirir un cachorrito sano y bien socializado. Un cachorrito que desde los primeros días es criado en buenas condiciones estará sano, contento y bien preparado para adaptarse a su nuevo hogar. Es bueno comprobar que el perrito se ha criado en condiciones óptimas y que proviene de una buena línea de cría.
Existe gran variabilidad en el precio de los perritos entre unos criaderos y otros, y hay que tener en cuenta que esto, como en todo artículo que se compre, va en algo. Está claro que cada uno debe adaptarse a sus posibilidades económicas pero, si es posible, es recomendable hacer un esfuerzo ya que una mascota será un miembro más de la familia durante años y nos dará incontables momentos de satisfacción.
Nuestra recomendación es que hay que tener especial cuidado con perros que sean baratos y ofrecidos en portales de anuncios, ya que pueden venir de otros países con menos controles de sanidad y acarrearnos problemas que en ocasiones pueden ser duros, tanto para el propio animal como para la familia, por tanto a veces es mejor ahorrar un poco y tener un perro de calidad que dejarse llevar y comprar uno a bajo precio debido a los riesgos, ya que incluso a veces puede acabar saliendo más caro si el perrito viene con problemas de salud.
También puede tener problemas de comportamiento si en las primeras semanas de vida ha sufrido alguna situación traumática.
El mejor momento para adquirir un cachorrito es cuando tiene entre 8 y 12 semanas. Debemos exigir que nos lo entreguen con su cartilla de vacunación actualizada, destetado y comiendo pienso.
Hay que comprobar que el cachorrito está bien. En un primer vistazo debemos fijarnos en si tiene buen aspecto, si está alerta, si sus ojos nariz y boca están limpios, si respira bien, si responde a estímulos como un ruido fuerte o un objeto que le llame la atención, si tiene el pelo bien (sin pequeñas calvas), si tiene las pupilas negras y si las orejas están en condiciones (según la raza). Después debemos llevarle al veterinario para que verifique que el perrito está sano y le ponga el microchip.
Traer un cachorrito a su nuevo hogar es un gran momento para la familia. Previamente es conveniente hacer algunos preparativos para el nuevo miembro. Es bueno hacer algunas compras, como su pienso que debe ser de calidad (consultar al criador), un lugar para dormir, un collar, juguetes, etc… Existe multitud de artículos para perritos, y ya cada uno que le compre lo que le guste, pero sí puede ser recomendable que se haga poco antes de tener al perrito, ya que así lo haremos con la tranquilidad de que no lo necesita ahora mismo.
Es importante tener preparado el lugar donde va a estar el cachorrito, donde le vamos a poner su cestita de dormir y donde va a tener sus juguetes. Debe ser cómodo ya que va a ser su pequeño hábitat.
Hay que vigilar que el cachorrito esté en un entorno seguro y prevenir posibles daños que pudiera sufrir en el hogar. Poner atención a cosas que pudiera encontrar en el suelo y tragarse, así como cables que pudiera morder. Lo ideal es no descuidarse cuando es pequeñito porque puede sufrir algún accidente. Cuidado también en jardines y especialmente si hay piscina.
También es bueno acordar con unas normas básicas entre los habitantes de la casa: ¿dónde dormirá el perrito? ¿dónde estará su pienso y agua? ¿quién y cuándo le sacará? Puede ser conveniente poner horarios o normas por escrito, así como las palabras que se le tratarán de enseñar al cachorro, para que todos digan lo mismo, ya que por ejemplo si queremos enseñar al perrito a que se siente con una orden pero papá dice “sienta”, mamá dice “abajo” y el hijo dice “sit”, lo más posible es que el perro se confunda y no entienda lo que le dicen.
Es bueno ponerle nombre al perrito cuanto antes para que así se acostumbre a él y responda. Os recomendamos la web nombresdeperros.eu dónde han recopilado muchos nombres para cachorros machos y hembras.
Los cachorros tienen unas necesidades concretas, ya que al estar creciendo necesitan más aporte de nutrientes que un perro adulto; por ello hay que darle un pienso especial para cachorros que hoy en día existe en casi todas las marcas. Es conveniente observar que el perrito come una cantidad adecuada.
Se puede hacer echándole la cantidad que debe comer en cada ocasión y así tenerle más controlado, además de hacer que coma con deseo, o bien echándole más cantidad de pienso y que sea el perrito quien se administre lo que come; quizá la primera opción sea más recomendable para los primeros días, aunque va a depender de la raza, y es bueno consultar con el criador.
Se recomienda que el perrito coma tres veces al día hasta los seis meses, y después dos veces; si por lo que sea no se le puede dar de comer tres veces y se hace dos, el cachorro se adaptará sin problema. También hay que observar las heces, si son marrones y duras será buena señal, significa que el perrito está digiriendo bien la comida y que no tiene problemas estomacales.
También es importante observar su comportamiento, cómo actúa con los miembros de la familia, con otros animales, cómo juega, cuán sociable es… Lo cierto es que cada perrito tiene su forma de ser y debemos conocerle para educarle de manera correcta. Si vemos que a nuestro cachorrito le gusta jugar con otros perros será buena señal para su socialización.
También es buena señal si es simpático con otras personas, sobre todo de diferentes edades y sexo. Cuando esté relajado podemos acariciarle las orejas, la boca y las patitas para ver cómo reacciona; si se pone agresivo o trata de huir puede que sea un perro al que no le guste tumbarse con su dueño en el sofá. También podemos probar a ponerle boca arriba; es normal que luche un poco pero normalmente después se relajará y se mostrará sumiso. Si lucha excesivamente o se pone agresivo puede que tenga un carácter dominante.
La socialización de un cachorrito es muy importante, es ayudarle a aprender a sentirse cómodo en la sociedad. Debe iniciarse a partir de las tres semanas de vida para que desde el principio el perro se vaya habituando a los múltiples estímulos sociales y no desarrolle miedos o conductas agresivas ante las situaciones nuevas. Se trata de que el perrito pueda cruzarse con otros perros, gatos o personas, o pueda verse en una multitud o pueda ir al veterinario tranquilamente, sin ver estas situaciones como amenazantes.
No hay duda de que un perrito bien socializado va a ser más feliz y va a contribuir a que su familia también lo sea, por ello es importante centrarse en esto. Para más información sobre la socialización podéis consultar nuestro artículo “La socialización del cachorro” .
Los cachorros tienen unas necesidades de alimentación concretas. No es lo mismo alimentar a un perro joven que a uno adulto, ya que un cachorro, al estar creciendo y desarrollándose, necesita un aporte de nutrientes especial. Los animales jóvenes son especialmente sensibles a los efectos de una dieta deficitaria, de las toxinas y de la baja calidad del alimento. Por ello es importante poner atención en la comida que le damos a nuestro perrito durante su primer año de vida.
Existen distintos tipos de pienso para cachorros en el mercado, normalmente en formato seco o húmedo. Se recomienda el pienso seco, ya que generalmente contiene más proteínas cárnicas, es más digestivo y además es mejor para mantener limpios los dientes del cachorro. También se le puede dar pienso seco combinado con algo de comida húmeda para complementar su dieta, mezclándolos o variando entre comidas.
El pienso para cachorros suele contener bastante más cantidad de nutrientes, como proteínas y vitaminas, que la comida para perros adultos, ya que la necesidad diaria de los perros en crecimiento es mayor que la de éstos. Cuando el perro alcanza la edad adulta algunos de estos componentes ya no son necesarios.
La cantidad de comida que nuestro cachorro necesita va a depender de la raza y de las necesidades nutricionales. El exceso puede llevar a que el cachorro desarrolle sobrepeso, lo cual puede acarrearle problemas de salud al crecer. A su vez, un cachorro que no come suficiente tendrá deficiencias nutricionales que harán que no se llegue a desarrollar del todo bien y no esté tan sano y feliz como debería.
Se recomienda siempre elegir una buena marca de pienso que, aunque sea más cara, merece la pena, ya que existen otras marcas, genéricas o baratas que no contienen todos los nutrientes que nuestro cachorro necesita. Esto es importante porque la calidad del alimento afecta directamente a la salud y bienestar del perro. Tampoco la marca más cara tiene porqué ser la mejor: es cuestión de encontrar una marca de pienso con una buena relación calidad-precio. Debemos fijarnos bien en la etiqueta al comprarlo. Si tenemos dudas podemos consultar con nuestro veterinario que seguro nos podrá hacer alguna recomendación.
Es bueno dar de comer a nuestro cachorro dos/tres veces al día, al menos hasta los seis meses, aunque este plazo depende de la raza del perro, ya que algunas se terminan de desarrollar antes que otras. Lo ideal es consultarlo con el veterinario.
Una vez que finaliza el periodo de crecimiento, en adelante lo alimentaremos dos veces al día. Se recomienda darle su comida cada día a la misma hora y en el mismo lugar, uno en el que pueda comer tranquilo. Si le estamos dando pienso seco, lo podemos mezclar un día con algo de carne en lata, otro día con huevo cocido o también podemos añadir un poquito de agua templada para dar humedad al alimento.
Si alguna vez el cachorro no tiene hambre no pasa nada; no está mal que se salte alguna comida ocasionalmente, siempre que muestre un nivel normal de energía. No debemos caer en la trampa de darle comida nuestra si no come, ya que en adelante esperará que se le dé “comida para humanos” de la mesa, además de que ésta no le aportará lo que necesita. Es bueno enseñar al perro a no esperar comida de la mesa; si le queremos dar alguna sobra, es bueno llevársela a su plato, no echársela mientras comemos o se acostumbrará rápido y empezará a mirar con deseo y a pedir cada vez que nos sentemos a la mesa.
Cuando tenemos un nuevo cachorrito en casa ocurre algo parecido a cuando nuestro bebé aprende a andar; debemos extremar las precauciones y retirar todo aquello que pueda resultar peligroso para el nuevo miembro de la familia.
Podemos empezar dando una vuelta por toda la casa y observando detenidamente; debemos fijarnos en todo lo que el perrito pueda alcanzar, morder, tragarse, tirar, empujar,… así como aquellos lugares a los que pueda trepar y que puedan ser peligrosos. Es nuestro deber cuidar de su seguridad ya que ellos aún no tienen ese aprendizaje, y se pueden comportar de forma imprudente (de hecho es lo más probable) con el consiguiente disgusto para nosotros y nuestra familia.
Por último nos gustaría recordar que un cachorro exige vigilancia casi continua y que depende de nosotros hacer que se mueva en un entorno seguro en el que los riegos sean mínimos para su integridad física.
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